Los actos iniciales de la Semana Santa de Villacañas se han concentrado este fin de semana, en el que las procesiones y la música religiosa han sido protagonistas, junto con la lectura del pregón, a cargo este año de la periodista Graci Santos. El Viernes de Dolores ya se celebró la primera procesión, en la que el pueblo de Villacañas honra a la Virgen de los Dolores, cuya Hermandad data en el municipio del año 1770. Pero la gran procesión del fin de semana ha sido la del Domingo de Ramos, que partió desde la ermita de San Roque para llegar a la iglesia parroquial, una marcha en la que los estandartes de las hermandades y cofradías locales precedieron a la imagen de Jesús subido a la borriquilla. La Hermandad de San Juan procesiona este paso acompañada por decenas de fieles que portan palmas y ramas de olivo, como es tradicional.
Junto a las procesiones, la otra gran protagonista del fin de semana ha sido la música sacra, con los dos conciertos que han cerrado la Semana de Música Religiosa que cada año organiza el Ayuntamiento de Villacañas en colaboración con la Parroquia. El sábado fue la Banda de Música, la Asociación Musical Maestro Guerrero, la que ofreció un espectacular concierto con el que, aprovechando la acústica del templo parroquial, deleitó al público asistente. La banda villacañera presentó un programa compuesto por piezas variadas de temática religiosa, dividido en dos partes, la primera dirigida por Santos Martínez, y la segunda por Andrés Pacheco.
El público acudió en gran número a la iglesia parroquial para disfrutar de la Banda, como lo hizo el domingo para asistir al concierto de música coral que ofrecieron el Coro ArteSonado de Madrid y el Orfeón Juan del Enzina de Villacañas. Antes, y como se ha convertido en habitual en los últimos cinco años, se leyó el Pregón de la Semana Santa 2016, que este año preparó la periodista y licenciada en Humanidades, Graci Santos, que ha tenido además el honor de ser la primera mujer pregonera de la Semana Santa villacañera.
La pregonera habló del honor y la responsabilidad que asumía, agradeció la propuesta realizada por el párroco, destacó la labor de las hermandades y cofradías, por su “trabajo y buen hacer” en estos últimos “años de entrega y devoción”. Recordó a sus abuelos, dio gracias a sus padres, su esposo y sus dos hijos, y rememoró aquellas ocasiones en las que –desde joven- procesionó con varias hermandades, viviendo desde dentro y en la calle la Semana Santa de Villacañas, su pueblo.
En el aspecto religioso, centró buena parte de su intervención en el “misterio de la misericordia divina que alcanza su cumbre en el hijo hecho hombre” y valoró como hecho destacado que las procesiones villacañeras ofrecen “una catequesis que difícilmente encontramos en otros lugares”. Y es que las hermandades “cuidan con esmero el orden de cada uno de los pasos para observar lo más fielmente posible la cronología de estos acontecimientos, algo que como catequista y como madre agradezco”, indicó, a la vez que manifestaba que a sus hijos y sus alumnos de catequesis “les relato la pasión a través de las procesiones”.
Y es que la Semana Santa de Villacañas ha adquirido una enjundia y experimentado un crecimiento tal en el último cuarto de siglo, desde que se recuperaran las procesiones, que han llevado al Ayuntamiento a trabajar por la Declaración de Interés Turístico Regional de la misma. En los últimos años saca a las calles del municipio a más de 1.000 cofrades y hasta 16 pasos procesionales, algunos de notable valor artístico, así como varias bandas de cornetas y tambores, en una serie de procesiones que continúan esta semana para cerrarse el Domingo de Resurrección con la procesión del Encuentro, que culmina con una gran tamborrada en la plaza de España.